Mi chica y yo llegamos a un aeropuerto muy particular hecho de hoja de palma, para mi gusto es muy bonito no es barajas pero notas que estas en el Caribe. Tuvimos que esperar un buen rato las maletas, teniendo en cuenta que éramos solo 2 vuelos me pareció excesiva la hora y media de espera.
En la calle nos esperaba un autobús que nos llevo hasta el hotel “gran palladium resort y spa“ ¡madre mía que nombre! en recepción nos registramos y un chaval con un sobrero blanco y una ropa de safari dijo que se encargaría llevarnos las maletas “en 20 minutos estoy allí” pensé en 20 minutos donde cojones esta la habitación. Posteriormente el chico de la recepción nos indico en un esquema donde teníamos que ir y nos invito a que descansáramos mientras el botones caribeño nos llevaba el equipaje.
Con cara de despistados nos dirigimos a los que iban a ser nuestros aposentos durante los próximos 10 días, Mientras caminaba observaba los jardines y lo bien cuidado que estaba todo. Llegamos a la habitación y unos 10 minutos después llego el chaval muy sonriente con las maletas “2 dólares de propina”.
Esa misma noche fuimos al lobby del hotel a tomar una copa. Me acerque a la barra y pedí 2 copas ¡no se levante le vamos a atender a su mesa dijo el de la barra! una chica nos tomo nota y en menos de lo que canta un gallo teníamos nuestros 2 cubatas. Os he dicho que la chica en todo momento no dejo de sonreír.
Después de bebernos un par de cubatas más le dimos un dólar a la camarera y un dólar al chaval de la barra seguidamente nos fuimos a pasear por el hotel. Durante los próximos días el ritual se repitió ellos me atendían más rápido de lo normal y yo antes de irme siempre les dejaba una propinilla. El problema aparecía cuando un alemán u otro español hacíamos lo mismo, menos mal que los camareros eran espabilados y siempre se apañaban rápido.
La verdad es que respecto al hotel no tengo ninguna queja siempre fueron profesionales y el dólar que daba lo hacía porque yo quería no porque me lo sugirieran o pidieran. Pero las visitas guiadas fueron otra cosa.
Cada vez que salimos, en concreto 3 veces termine bastante cabreado. En nuestra primera salida decidimos ir a la isla Saona: salimos en autobús hasta los altos de Chabon “muy bonito”, posteriormente un viaje en catamarán bebiendo ron hasta la saciedad luego comer y regresar en lancha rápida todo muy bien hasta que el guía nos dijo que le diéramos una propina al conductor de la lancha “por supuesto no me salió de los huevos darle dinero a alguien después de pagarle previamente un viaje” claro la sonrisa del tio desapareció cuando nos bajamos de la lancha sin darle un duro.
Dos días después hicimos un viaje de una mañana en quad haciendo una ruta por caminos, aparte de llevarnos a una caverna llena de vendedores no tengo nada bueno que agregar. Supuestamente paramos en una casa típica dominicana donde una niña hija del dueño de la casa me regalo una flor y sonrió, seguido se quedo mirándome a los ojos con una cara de lastima a la espera de dinero “no le di nada”. Su padre no paraba de contar una historia bastante triste sobre sus 10 hijos y de recalcar que era muy pobre y que si no vendía café o algún producto ofrecía no comía ese día “no compre nada”.
Creo que el viaje a Samana lo hicimos 2 días después. Es un viaje en avioneta viendo unos paisajes preciosos y luego al lomo de un burro o mula no se decir exactamente te enseñan la fauna y la flora autóctona. Nos presentan a unos guías súper entregados que nos explicaban cuanto preguntábamos y unos 15 minutos antes de finalizar la excursión se me ocurre una brillante idea y pasó lo siguiente:
Yo: Le doy un billete de 10 dólares
Guia1: Me mira la mano con cara de asco como si llevase una mierda de perro.
Yo: son 5 Para cada uno
Guia2: Aquí la propina mínima son 30 dólares
Yo: Por eso se llama propina, si quiero te la doy o si no quiero no te la doy
Guia2: Es que los americanos lo menos que nos dan son 30 dólares
Guia1: nosotros no cobramos, solo ganamos lo que usted nos da.
Mi chica: Pretende usted que yo me crea que después de pagar 260 dólares por persona a ustedes no les pagan nada.
Gui1: si, no nos pagan nada!
Por supuesto no les di más dinero, es más me sentí tentado a quedarme con los 10 dólares, no nos volvieron a dirigir la palabra en el resto de la excursión.
Cabe aclarar que no tengo nada contra ningún dominicano son personas muy amables y muy alegres, Tienen un país precioso al cual volveré algún día. Pero yo soy un currante que ha pasado un año entero ahorrando para darse un capricho, y si no cambian esa mentalidad de que todos los turistas estamos forrados la gallina de los huevos de oro termina por acabarse.
El resto de días no di una sola propina a nadie, algunos ya no sonreían tanto pero me dio igual.
P.D. La fotografias son reales, son hechas por mi.