martes, 23 de agosto de 2011

Tiempos de hambre

El índice de desarrollo humano (IDH) es un indicador social. Mejor dicho lo que invierte un país en educación, sanidad y una calidad de vida digna. Se utiliza para medir los progresos sociales año tras año.
Los países con mejor calidad de vida en sus respectivos continentes son Noruega, Nueva Zelanda, Canadá, Japón y Libia.
Y los índices más bajos según su continente son Armenia, Papúa Nueva Guinea, Haití, Afganistán, Zimbabue.
Centrémonos en el continente Africano El IDH de Libia es 0,755 y el de Zimbabue 0.140 Su esperanza de vida es 74 y 50 respectivamente. Una desigualdad bastante grande ¿verdad? ¿Y qué pasa con Somalia? Este país situado en el cuerno de África no figura en el IDH por no tenerse datos fiables y por la inestabilidad de país, un estado fallido según dicen. Su esperanza de vida es similar a la de Zimbabue, el problema radica en que tiende a empeorar cuando lo mayoría de los países de su entorno progresa.
La comunidad mundial no se pone de acuerdo y vacila a la hora de actuar. No por no tener medios para hacerlo, simplemente no interesa ese país no hay nada que sacar. Así que les tiramos unos cuantos sacos de arroz y cereales y pasamos del tema. Y cuando la sequia y la hambruna se hace más severa aparecen almas caritativas “los cooperantes” que de muy buena fe dan alimentos, agua y atención medica. Pero claro, esto no es suficiente teniendo en cuenta que no todos pueden acceder fácilmente a estos recursos. Guerrillas asediándote, largas distancia que recorrer con enfermos y niños desnutridos.
Es vergonzoso que en los tiempos que corren una persona se muera de literal hambre, que la su esperanza de vida se acerque más al Medievo que al siglo 21. Es inconcebible que se relacione a un “negrito” con alguien muriéndose de lleno de moscas, hay “blanquitos” que también mueren de hambre. Me da vergüenza ajena escuchar comentarios “en esos países siempre están asi” Esos países están mal por nuestra culpa, por nuestra pasividad. Por permitir que se les de arroz y no enseñarles a sembrarlo. Es culpa nuestra que un niño crezca analfabeto y luego sea un pirata que secuestra barcos Españoles. Es nuestra culpa, sabemos que habrán mas años de sequias y nos les ayudamos a hacer pantanos, represas o diques.
Es nuestra culpa permitir que nuestros gobernantes se gasten unos 20 milloncitos en una cúpula que no vale para nada. Es increíble que se gaste dinero público en oficinas de las comunidades autónomas en el extranjero. Que España se gaste 74 millones de euros en la expo de Shanghái. Es totalmente amoral tirar dinero en alfombrar de azul 1.5 kilómetros de gran vía, cuando hay personas que ven morir a sus hijos de hambre.
Ahora bien el problema no es España, ni la solución pasa por Somalia. El problema somos todo el conjunto de la sociedad, nuestra pasividad es la causa de que estas cosas ocurran y sigan ocurriendo en mundo a cada rato. Yo no sé ustedes pero las injusticias me corroen el alma y quiero pensar que esto tarde o temprano tiene que cambiar.

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